#Emprender con sentido y propósito. Algunas notas iniciales (I)
Desde el comienzo de la crisis se ha puesto de moda el emprendimiento. Es habitual en las conversaciones, noticias y eventos de todo tipo. Todo el mundo habla de emprendedores, ecosistemas de emprendimiento, aceleradoras, startups, business angels, lean startup, elevator pitch, investor´s day, venture capital, ... Palabras que hace unos años la mayoría no usaba ni conocía su significado, y en las universidades solo unos pocos tenían interés en ser emprendedores.
Confieso que soy de los que piensan que existe una burbuja con el emprendimiento, que no todo el mundo es, ni puede ser emprendedor, no es lo mismo que autoempleo, ni por supuesto, que el emprendimiento es la única alternativa al desempleo, aunque ha venido para quedarse, resulta imprescindible para el progreso, y las empresas deberán trabajar cada vez más como una startup. Esto da para otro post con mayor detalle.
También me gustaría anticipar que todo lo que digo en este blog, se trata de mi humilde y particular opinión personal, basada en el conocimiento y aprendizaje de éxitos y fracasos propios, pero también ajenos. No te creas nada de lo que diga y pon todo en duda. Busca, compara todo lo que puedas, y selecciona lo que consideres más adecuado a tu caso. Encuentra tu propio camino y respuestas. Yo sigo en el mío, aprendiendo todos los días. Lo único seguro, es que cuanta más preparación e información tengas, más garantías tendrás de no repetir los errores de otros y de reducir las probabilidades del fracaso.
A continuación, resumo algunas notas iniciales sobre el tema. Seguro que no estamos de acuerdo en muchas de ellas, ni puedo pretender que todos opinemos lo mismo. Algunas son controvertidas o discutibles, pero insisto, es una opinión personal que intentaré justificar y explicar con más detalle en próximos post. Ojalá encuentres algo que te pueda ser de utilidad. Ahí van algunas:
NO HAY RECETAS NI GURÚS
No existen reglas ni recetas para emprender, y menos aún gurús que tengan las respuestas para cualquier startup. Hay tantas como iniciativas. Como siempre, esto es un camino de aprendizaje, cambio y validación permanente y personalizado.
EMPRENDEDOR vs. EMPRESARIO
Emprender es muy duro y muy difícil, porque la incertidumbre e inseguridad es máxima, y la startup aún tiene todo por diseñar y construir (mínimo producto viable, encaje producto-mercado, organización, modelo de negocio, etc.) en un contexto donde la competencia es global y la tecnología, empresas y mercados cambian constantemente y a un ritmo vertiginoso. A su vez, esto facilita un sinfín de oportunidades por descubrir y explotar, como nunca antes en la historia, y que aún no alcanzamos a imaginar. Estamos ante un cambio de época, más que una época de cambios.
“En momentos de crisis, solo la imaginación
es más importante que el conocimiento” (A. Einstein)
Ser emprendedor es un carácter, una forma de ser, en una empresa propia o ajena. Ser empresario es una profesión. Ser autónomo es un régimen laboral y fiscal, que te viene impuesto. Es habitual que seas las tres a la vez.
Cada persona es única e irrepetible, y todas tienen sus propios talentos y fortalezas particulares. Cada startup o empresa es igual, no es más que la suma de las personas que la componen.
Valor de una persona = (conocimientos + habilidades) x actitudes
Los conocimientos se adquieren, las habilidades son fruto de la experiencia. Las actitudes marcan la diferencia.
LAS STARTUPS
Una startup no es una versión pequeña de una gran empresa, ni una empresa tecnológica. Se trata de una organización de personas, en busca de un modelo de negocio rentable, repetible y escalable internacionalmente.
Una startup es única, está en permanente proceso de diseño, creación y validación. Por tanto, sus necesidades cambian cada día y necesita soporte y acompañamiento experto, personalizado y sectorial, a la medida de su evolución, a cargo de gente con experiencia emprendedora.
Las startups no se gestionan como las empresas, tienen su propio “management” que es la gestión emprendedora, muy distinto de los conocimientos, habilidades y actitudes tradicionales de los altos directivos.
INVERSORES Y EQUIPO
Para un inversor la idea no vale nada. Sienta mal, pero es cierto.
Las personas son lo único importante, lo demás son recursos, que se compran, se adquieren o se buscan.
La clave de una startup es un equipo de personas, que aporte la confianza y capacidad de ejecutar la idea y con las actitudes necesarias para superar cualquier obstáculo.
Para poder seleccionar, madurar y escalar startups con ciertas garantías, es necesario un tiempo y proceso previo de conocimiento y confianza mutua, lo más intenso posible. Es lo más parecido a un noviazgo (proceso de conocimiento y relación) y matrimonio (compromiso socio-inversor).
EL PROCESO Y SOPORTE
La clave del soporte y acompañamiento es la experiencia emprendedora, contar con gente que haya creado empresas (muy distinto que dirigir empresas), que asuman ser co-pilotos del proyecto, con empatía, compromiso, competencias y red de contactos internacional, lo más amplia posible, facilitando los “ingredientes” necesarios en cada momento y a medida.
Un proceso de conocimiento, soporte y acompañamiento es mejor que “una aceleración” estándar. Resulta difícil confiar en la aceleración de varias startups diferentes, aportando lo mismo, de igual forma y durante el mismo tiempo. Creo que se debería poner el foco en la especialización (sectorial, tecnológica, geográfica …), la personalización y la internacionalización, con la ayuda de empresas y personas con experiencia previa y similar.
En muchos ámbitos como este, necesitamos más la brújula y menos el reloj.
LOS CLIENTES
Para muchos emprendedores su principal necesidad y urgencia es levantar capital. Tener inversores y capital no garantiza nada. Lo importante y urgente es lograr clientes e ingresos. El mejor inversor es un cliente. Después llegará el capital.
Continua en el post: Emprender con sentido y propósito. Algunas notas iniciales (y II)